El Ojo Público

Preocupados ante la pérdida cada vez mayor de los valores imprescindibles e irrenunciables del fotoperiodismo, como son el respeto a la veracidad, objetividad y honestidad, unido al escaso respeto que muestran algunos medios de comunicación  por nuestra profesión, un grupo de fotoperiodistas en activo nos reunimos bajo el nombre de -El Ojo Público- para denunciar la preocupante situación que vive el fotoperiodismo dentro y fuera del Estado Español.


La fotografía de prensa es un documento social de suma relevancia e importancia para la memoria colectiva de una sociedad, contemplado como un derecho fundamental de los ciudadanos y por ello siempre será objeto de intentos de control y manipulación por parte de grupos de poder o cualquier otro tipo de intereses. Este mismo motivo nos obliga a no bajar la guardia y mantenernos vigilantes.


El ejercicio del fotoperiodismo comprende derechos y deberes, libertad y responsabilidad. Los fotoperiodistas actuamos como intermediarios y actores necesarios para que la ciudadanía pueda ejercer su derecho a una información veraz, nuestra labor principal es registrar visualmente la realidad que nos rodea, captar el momento de una manera honesta y completa. Como fotoperiodistas tenemos la responsabilidad de divulgar lo que es de interés público, de documentar la sociedad y preservar su historia de manera visual.

Las imágenes fotográficas pueden revelar grandes verdades, mostrar la alegría y el sufrimiento humano, inspirar la esperanza y el entendimiento, y conectar a la gente de nuestro mundo mediante un lenguaje visual común. Sin embargo, a pesar de su gran valor, la fotografía puede tener efectos perversos si las imágenes están tomadas sin la sensibilidad y el respeto debidos o si están manipuladas ya sea durante su realización o en el proceso posterior.


El fotoperiodismo se fundamenta en los principios básicos de imparcialidad, honestidad, respeto y objetividad. Los fotoperiodistas tenemos la obligación de ejercer la profesión bajo estos preceptos, de promoverlos y denunciar aquellas situaciones en las que hayan sido quebrantados.

Si bien nuestra sola presencia ante un acto fotografiable modifica en cierta manera el entorno, consideramos inaceptable el hecho de manipular la realidad para satisfacer los objetivos preconcebidos de un fotógrafo, editor o cualquier persona interesada en transmitir un mensaje determinado. Denunciamos estos actos como mera falsificación de la realidad, además de una estafa a la sociedad a la que nuestro trabajo va dirigido y negamos cualquier valor periodístico a las imágenes tomadas bajo esas condiciones.

El siguiente decálogo tiene la intención de promover la máxima calidad del fotoperiodismo en todas sus formas y luchar contra cualquier corrupción de la realidad puntual o contextual por leve que sea.

• Representar a los sujetos e historias de manera precisa y comprensiva.

• Resistirse a ser manipulado/a por oportunidades fotográficas orquestadas por otros/as colegas o sujetos interesados en representar una situación de cierta manera.
  
  
• No contribuir, alterar, intentar alterar o influenciar los eventos intencionadamente mientras se fotografía a los sujetos.
  
  
• Tratar a todos los sujetos con respeto y dignidad, dando consideración especial a los sujetos vulnerables y a las víctimas de crímenes o tragedias.
  
  
• Contextualizar las imágenes, evitando estereotipos de personas individuales y grupos.
  
  
• Reconocer y evitar revelar sus propias tendencias en sus imágenes.
  
  
• En la edición, conservar un exacto paralelismo con la realidad y preservar la integridad del contenido y contexto de la imagen.
  
  
• No pagar a las fuentes ni a los sujetos ni premiarlos con información o participación.
  
  
• No aceptar regalos, favores o compensación de los que buscan influenciar la cobertura periodística.
  
  
• No sabotear intencionalmente los esfuerzos de otros/as periodistas.
  
  
• Denunciar las malas prácticas de cualquier fotoperiodista o medio de comunicación .
  
  
• Asunción de errores. Cualquier error informativo propio deberá ser rectificado y reconocido públicamente en el menor tiempo posible, y el/la periodista asumirá las disculpas y responsabilidades a que hubiera lugar.

• Trabajo remunerado. El/la periodista no deberá aceptar trabajos no remunerados, salvo colaboraciones excepcionales o tareas de voluntariado, siempre que no suplan puestos estructurales.

**** Los firmantes de este manifiesto se comprometen al estricto cumplimiento de los principios de comportamiento profesional y ético que de el se deriban ****