Al
mediodía los plásticos se convierten en un invernadero
donde la temperatura puede subir hasta los 30º. Son los mismos
plásticos que cubren la fresa durante los meses previos a
la campaña para que ésta esté protegida del
sol directo y la lluvia. Unos microtúneles bajo los que florecen
las mejores fresas del mundo y que irónicamente sirven para
resguardar a unos inmigrantes cuyas esperanzas se marchitan día
a día. |