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centros de acción

Alinafe Health Centre

El misionero
José María Márquez es un misionero laico madrileño de 37 años de edad. Hasta hace siete trabajaba como ejecutivo en un banco. Pero se dio cuenta que el trabajo no le llenaba del todo y decidió irse a Calcuta (India). Allí colaboró como voluntario en un centro para moribundos y en otro con personas con minusvalías. Esta experiencia, en la que conoció a la Madre Teresa de Calcuta, le marcó profundamente.
De vuelta a España la Fundación Solidaridad con Malawi le puso en contacto con las religiosas de María Mediadora. Sin pensárselo mucho se marchó como voluntario al centro sanitario que estas religiosas regentan en aquél país africano.Trancurrido un año de excedencia de su trabajo, José María se sintió tan “enganchado” por África que no pudo abandonar Malawi. Dejó definitivamente su trabajo en banca y se lanzó a la promoción de nuevos proyectos.
Enseguida descubrió la importancia de implicar a la población local en todas las iniciativas, de trabajar codo con codo con ellos y hacerles protagonistas de su propio desarrollo. Consiguió que las Teresians Sisters, una congregación local de religiosas, asumieran un proyecto de infraestructura sanitaria que cada año atiende a 40.000 pacientes y a 3.250 huérfanos y vacuna a 15.000 niños contra el sarampión.

La misión
Alinafe significa en Chichewa “Dios está con nosotros”. Situado en la localidad de Benga, en el distrito de Nkhotakota, es un proyecto que integra hospital, centro nutricional, cuidado de huérfanos y construcción de pozos. Cubre un área de influencia de 50 kilómetros con unos 300 poblados que dependen de él y está financiado principalmente desde España por organizaciones como Manos Unidas, Solidaridad con Malawi y Yamba. La diócesis de Lilongwe está representada por las Hermanas Teresianas y desde las ONG´s acuden voluntarios para ofrecer su ayuda. El personal malawiano está formado por más de 40 empleados

La labor de Alinafe
Las actividades que se llevan a cabo en Alinafe son muy diversas, pero se centran fundamentalmente en la educación, la sanidad y la alimentación. La base de toda la actividad, sin embargo, se centra en su Dispensario Médico y su Centro de Salud, que atienden a una media de 100 pacientes diarios (más de 20.000 anuales) de los que quedan ingresados más de 1.500 enfermos al año.
En un principio el Centro de Salud daba tan sólo servicio de consulta externa y dispensario de medicamentos a los pacientes que acudían de lunes a sábados, pero la calidad del equipo médico y su stock de medicamentos hizo que cada vez fueran llegando más pacientes. Así, fue
convirtiéndose en centro de referencia para la población que habita el enorme área intermedia entre los dos hospitales del distrito (Nkhotakota y Salima), distantes entre sí 120 kilómetros.
El esfuerzo por llegar a los más alejados se traduce en clínicas móviles. Una ambulancia viaja dos veces por semana a poblados que distan entre 35 y 65 kilómetros de distancia. Durante 5 a 10 horas se controla el acompaña se distribuye la medicación que necesita cada paciente a un precio muy por debajo del precio real, mientras los agentes de salud enseñan a las madres cómo prevenir las enfermedades. Alinafe además también posee un Centro de Nutrición que comprende tratamiento médico para los niños
ingresados a causa de la malnutrición, y un programa educativo para las madres sobre higiene, salud alimentación…Su ayuda a los huérfanos del SIDA se centran en conseguir el apadrinamiento de más de 3.000 niños de 300 poblados distintos. De ése modo, gracias a la solidaridad consiguen que los niños tengan cubiertas sus necesidades básicas gracias a la coordinación con los Comités de Seguimiento creados entre los habitantes de cada pueblo. Además, proporciona semillas y fertilizantes a estos poblados para asegurar su alimentación, leche infantil, ropas para que vayan al colegio y medicación gratuita para los registrados en el programa.


.EL CÓLERA

La epidemia del cólera que cada año hace estragos entre los malawianos comienza en estos agujeros de agua putrefacta. Construir pozos protegidos es esencial para combatir la enfermedad.
WINTER CROSS

Bombas para irrigar los cultivos y vencer la sequía es el fin de este programa puesto en marcha para luchar contra la hambruna. Con él se consigue sacar dos cosechas al año.





ACTUALIZADO: 18-OCT-2003
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